Blogueira provoca polêmica
Em visita ao Brasil, a blogueira e jornalista cubana, Y .Sanches, enfrentou manifestações contrárias à sua atividade jornalística. Em Salvador, muito tumulto e protesto, acusando a ativista cubana, que tem o blog Generacion Y, teve de ouvir acusações de ser financiada pelos Estados Unidos e FMI. O senador Eduardo Suplicy, que foi o responsável pelo debate com Sanches, durante a estreia do documentário Conexão Havana/Honduras, discutiu com participantes do ato de protesto. A pré estreia do filme teve de ser adiada.
Confira, a postagem do Generacion Y, falando da viagem ao Brasil. A reprodução é do site da internet.
Llevar una bitácora de viaje es tan difícil como tratar de estudiar para un examen de matemáticas en el interior de una discoteca. Atenta a la nueva realidad que se muestra ante mis ojos desde que salí de Cuba, me he visto ante la disyuntiva de si vivir o narrar lo que me ocurre, actuar como protagonista de este itinerario o como periodista que lo cubre. Ambas ópticas son difíciles de llevar a la par, dada la velocidad y la intensidad de cada suceso, por lo que trataré de ir poniendo por escrito algunas impresiones. Hilachas de lo que me sucede, fragmentos a veces caóticos de lo que experimento.
Confira, a postagem do Generacion Y, falando da viagem ao Brasil. A reprodução é do site da internet.
Posted: 18 Feb 2013 08:24 AM PST
Llevar una bitácora de viaje es tan difícil como tratar de estudiar para un examen de matemáticas en el interior de una discoteca. Atenta a la nueva realidad que se muestra ante mis ojos desde que salí de Cuba, me he visto ante la disyuntiva de si vivir o narrar lo que me ocurre, actuar como protagonista de este itinerario o como periodista que lo cubre. Ambas ópticas son difíciles de llevar a la par, dada la velocidad y la intensidad de cada suceso, por lo que trataré de ir poniendo por escrito algunas impresiones. Hilachas de lo que me sucede, fragmentos a veces caóticos de lo que experimento.
La primera sorpresa en el
programa fue en el aeropuerto José Martí de La Habana, cuando después de
atravesar la taquilla de emigración varios pasajeros comenzaron a
acercarse y a darme sus muestras de solidaridad. El afecto fue creciendo
en la medida que el trayecto avanzaba y en Panamá encontré a unos
venezolanos también muy cariñosos… aunque me pidieron de favor que no
subiera la foto con ellos a Facebook… para no tener problemas en su
país. Después de esa escala, vino el vuelo más largo hacia Brasil, con
una sensación mental y física de descomprensión. Como si hubiera estado
sumergida demasiado tiempo sin poder respirar y lograra tomar ahora una
bocanada de aire.
El aeropuerto de Recife un lugar
para el abrazo. Allí encontré a muchas personas que durante años me han
apoyado en mi empeño de viajar fuera de las fronteras nacionales. Hubo
flores, regalos y hasta un grupo de gente insultándome que me gustó
mucho –lo confieso- porque me permitió decir que yo soñaba con que
“algún día en mi país la gente se pudiera expresar públicamente así en
contra de algo, sin represalias”. Un verdadero regalo de pluralidad,
para mí que llego de una Isla a la que han intentado pintar con el
monocromático color de la unanimidad. Más tarde me asomé también a una
Internet tan rápida que casi no comprendo, sin páginas censuradas ni
funcionarios mirando por el hombro la página que visito.
Así que hasta ahora todo va muy
bien. Brasil me ha dado el regalo de la diversidad y del cariño, la
posibilidad de apreciar y narrar tantos asombros.
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